CONCEJO MUNICIPAL SANCARLINO… NUESTRO PROPIO MACONDO.

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Por Carlito

Hace rato que no hacía el acto máximo de tolerancia como es ir a una larga jornada del concejo municipal sancarlino (logré soportar solo un par de horas, me retiré antes). Francamente debe ser uno de los ejercicios de tolerancia más extremos a los que un ciudadano común y corriente se puede exponer, de manera voluntaria, por lo demás, lo que hace aún más incomprensible el acto mismo de la concurrencia.

Entrar en ese espacio es adentrarse a un mundo impensado, en donde todo es posible, por ejemplo un abrazo y un beso afectuoso entre dos concejales que hace muy poco tiempo atrás ventilaban agresiones mutuas, como son Lucrecia Flores y el concejal Guzmán… incomprensible para quienes estuvimos viendo por un largo tiempo la relación insostenible que mantuvieron de manera pública y principalmente durante el desarrollo de las sesiones del concejo en cuestión. (Aunque, claro está los felicito por superar sus diferencias irreconciliables).

Alcanza niveles de sub realismo mágico el encantamiento que produce en algunos de los concejales las largas intervenciones, cada vez más inconexas, por parte del Alcalde Gebrie. Algunos de ellos aprovechan de jugar con un lápiz, leer su computador personal, hacer alguna anotación, mirar el techo, contar las tablas del piso… en fin, todo es posible. Aunque increíblemente al menos el concejal Ruiz parece siempre estar de acuerdo con cada palabra y cada gesto del señor Alcalde.

Es llamativo como han cambiado el lenguaje, hablan constantemente de sus experiencias en otros países, del paisaje, de las veredas, cada uno tiene hoy por hoy una experiencia distinta a la que dejé de ver hace algún tiempo. Es un mundo distinto, aparte, paralelo a lo que le ocurre a la gente común y corriente… ¿en qué momento comenzó a gestarse este mundo paralelo? Es una buena pregunta, al menos yo no tengo la respuesta.

Quizá si una forma de explicar todo esto esté precisamente en el lenguaje, claro, el lenguaje crea realidades, y al parecer nuestro concejo ha sido capaz de generar una forma de comunicación en donde sólo ellos pueden entender el mundo que han sido capaz de generar y generarse.

Me ha llamado la atención la manera en que se miran, yo diría con mucho de complicidad, parece que cada uno sabe algo de cada cual, en que cada cual sabe algo de cada uno. Es raro de explicar, porque el mundo que han generado es raro de entender.

Lo cierto es que los que ingenuamente creímos que el concejo anterior era muy malo y llegamos a decir que era el peor de la historia, exageramos y sobre todo nos equivocamos, siempre es posible encontrar uno peor y este creo que se ha ganado esa categoría. Pero lo peor no es que sean lo peor, lo peor es que ellos mismos se consideran los mejores, que hace el cuadro aun peor (¿usted me entiende?).

Sabedores que tienen algunos cuestionamientos, menores por lo demás, (de envidiosos según el concejal Tapia), por el millonario gasto del viaje a Cuba de 5 integrantes municipales, para lograr la traída de médicos cubanos, los ediles cada uno dio un sucinto, acotado, informe de lo que fue el viaje en cuestión, que más parecía una excusa que una cuenta. Quien llegó más lejos fue Tapia, quién habló de una Gira Técnica en Salud, Educación y Turismo a la Isla de Cuba (otra vez el lenguaje creando realidades), para finalmente llegar a concluir que viajaron para conocer una realidad fantástica, en una isla humilde, con un entorno social y turístico fantástico. Es decir, nada que no supiéramos antes de que viajaran.

El mundo sub realista que han sido capaces de crear como una forma de sobrevivencia, ha dejado como niño de pecho a Macondo. García Márquez se habría dado un festín con nuestro concejo municipal.