La necesidad de anticipar los desafíos y las estrategias de las personas, de las empresas y gobernanzas
a contar de la reapertura de la economía.
Los temores y la cobertura mundial, las
cifras.
En los últimos seis meses el mundo ha
vivido una pandemia que ha llegado a un punto alto y que en algunas partes ha
empezado a disminuir, dejando hasta la fecha varios millones de contagiados,
muchos de ellos recuperados, junto con varios cientos de miles de fallecidos de
una población de alrededor 7,5 mil millones de personas. Se espera que aumente
el número de afectados, dado que se
supone que la pandemia continuará por algunas semanas o meses más,
aunque con algunos altibajos, como ha ocurrido en varias naciones.
Hasta aquí se puede considerar que ha
sido más bien baja la probabilidad de que una persona se haya contagiado en el
mundo y en el país, por lo mismo la mayoría siente que se ha
salvado y, por lo tanto, ahora hay que empezar a decidir y ejecutar la
recuperación personal y de las empresas y organizaciones que han sido
directamente afectadas, para salir del desastre económico en el que se
encuentran.
Es sin duda una tragedia de enorme
impacto por el número personas que han tenido que privarse de sus actividades
normales, por lo doloroso para las familias que han perdido a seres queridos -
especialmente los de la tercera edad - por lo extremo que es el tratamiento para
los casos más complejos, por lo desconocido que son las secuelas de los
recuperados y sus tratamientos, por el inimaginado despliegue en salud de
profesionales, técnicos y personal que ha trabajado, con una dedicación enorme
y con grandes riesgos personales, todo lo cual deberá quedar en los anales de
la salud mundial.
Sin embargo, ha llegado el momento y la
necesidad de anticipar los desafíos y las estrategias que tendrán que emplear
las personas y las empresas afectadas, directa o indirectamente, para la
reincorporación a sus actividades y a una la reapertura de la parte de la
economía que ha sido dañada.
Por otra parte, las personas y las
empresas, cercana a un tercio de muchos países, están en una etapa crucial para
su futuro inmediato y mediato porque están viviendo el desempleo, o una
mediana o fuerte disminución de sus remuneraciones e ingresos o se les
han reducido sus ventas o han tenido que cerrar sus actividades.
Se puede partir de la base de que la actual crisis económica es mundial
y:
·
Tiene
un costo financiero mundial que alcanzaría a más de $ 9 billones de US$,
(como 40 veces el producto interno anual de Chile) que afecta al mercado
nacional y a muchos de los mercados con los que negocian las empresas
nacionales.
·
Hay
millones de desocupados, la mayoría de los cuales se estima que no
volverá a los cargos que perdieron.
·
Hay
alrededor de 2 mil millones de estudiantes que se ven afectados.
·
Hay
miles de pequeñas y medianas empresas que difícilmente se recuperarán y
que proveían o compraban a las grandes nacionales e internacionales.
·
El
Fondo Monetario Internacional ha estimado que la economía global no volvería a
su nivel pre-pandemia antes del 2023, que se ha reducido en más de un 3%, que
ha afectado a más de 170 países.
Ahora viene la etapa de reconstrucción y
para cada persona o empresa con problemas tendrá que pensar en lo que debe
hacer la próxima semana, luego en el próximo mes, anticipar el trimestre que
viene, trabajando para resolver su propio problema, el problema de sus trabajadores
y los de sus familiares.
Las personas, sus incertidumbres, sus
expectativas… y miedos.
Aunque lo anterior no se observa a los
ojos de la mayoría de las personas, porque puede ser una realidad más o menos
distante, que se une a lo desconocido de las etapas siguientes a la declinación
de la pandemia, de su duración, sus secuelas y su posible recurrencia
lo cual produce miedo en las personas; se señala, en los medios empresariales
mundiales, que paraliza a muchos presidentes, directivos, gerentes,
profesionales, técnicos y personas en general. Por su parte, otras personas se
afirman en la negación: “que se volverá a lo mismo de antes y que por lo tanto
no es necesario un nuevo modelo de vida o de negocios, nuevos supuestos o
nuevas mentalidades, sino que se volverá a las actividades tradicionales y bien
conocidas”.
Se dice que, en particular, las personas
que vienen de un pasado de éxito, aprenden de forma violenta lo que es
fracasar y eso los hace pensar y se reafirman en que todo lo malo pasará y que
volverá a ser como antes.
Algunas personas tratan de sacar
conclusiones de la crisis financiera de los 70, del 1982 o del 2008-09 para
arremeter en las etapas que vienen. Algo se puede obtener de ellas, pero las
diferencias son muchas, para empezar ha sido una amenaza a las personas a su
salud y a su vida, lo cual no ocurrió en la crisis anterior. Esta crisis tuvo a
toda la población del mundo sometida al peligro y al miedo de la enfermedad y
de la muerte. Eso no pasó en absoluto en la primera década, para muchas
personas esa crisis pasó desapercibida. En esta pandemia los medios de
comunicación han sido obsesivos en dar noticias, durante gran parte del
día, sobre contaminados, recuperados, fallecidos por día y sus
variaciones diarias durante más de cinco meses como un reality. Nada de eso
ocurrió entre el 2008-09.
Ahora se ha recurrido al cuidado y al encierro para hacer que aquellos que no se comportan según se ha publicitado (mascarilla, espacio, estornudo, cuarentena, etc.) se comporten de la manera adecuada. Nada de eso en los años 2008-09.
Para evitar seguir con otro ciclo de
miedo, fracaso y parálisis, las personas no tienen que convertirse en
psicoterapeutas de consultorio, pero sí deben abordar la vida emocional propia
y la de sus seres cercanos, sea como: (a) presidente de una compañía u
organización que debe animar a sus altos ejecutivos y a todo el personal, (b)
jefe de familia que debe retomar el negocio familiar o reemprender otro negocio
que tenía pensado, o (c) como toda persona que tienen que trabajar
asalariado o no y que sacar adelante a su propia familia y así mismo.
Y para ello hay que entrenarse para que
se reactiven sus capacidades y el pensar en las innovaciones que habrá que
hacer, lo cual es una manera buena e indispensable para
revitalizarlos.
¿Cómo aprovechar las
oportunidades del futuro post pandémico?
Pero se sabe que estas
semanas y meses son momentos de gran incertidumbre con respecto a miles de
empresa: cómo se comportarán sus mercados, sus ingresos y sus costos y
sus deudas y para millones de personas: ¿recuperaré mi cargo, tendré que buscar
algo nuevo, será mejor seguir como independiente?
Y es
justamente este futuro cercano y de mediano plazo el que ofrece las mejores
oportunidades para innovar y emprender, o sino, donde hay que buscar esas
oportunidades.
Los daños a la economía han
ocurrido y son graves, y lo seguirá haciendo durante algún tiempo, en
actividades y empresas de diferente tamaño y rubro como ha ocurrido con:
educación, turismo, hotelería, servicios a las personas, artes, deportes,
comercio minorista, partes importantes de transportes y de salud, etc. de las
cuales algunas se recuperarán y otras probablemente tendrá que reconvertirse o
desaparecerán.
Pero también están las
empresas de servicios públicos que han seguido funcionando y algunas con
demandas crecientes, como telecomunicaciones, electricidad, gas, agua, etc.
y que tendrán ganancias extras, así como las beneficiadas debido al virus
y a las cuarentenas y temas asociados (alimentos, higienes y limpieza,
laboratorios, farmacias, medicamentos y equipamiento y algunas de la salud y su
prevención).
En estos tiempos de dudas e
incertidumbre se trabaja mucho con: supuestos, con los valores y con las
actitudes personales y poco con los datos, por eso lo que expresa
el General James Mattis es significativo:
“Tiene que comenzar con los
datos. Si sólo puede cuantificar el 10 por ciento del problema en este momento,
comience allí. A medida que ingresan más datos, reemplace los supuestos con
conocimiento. Y entonces necesitas aplicar tu juicio”. Lo anterior sin negar el
valor de la sabiduría.
Lo que se viene será un
buen momento para aplicar el pensamiento
intersticial.
Por su parte el conocimiento
disponible del pasado proviene normalmente de las relaciones de causa-efecto de
cada conocimiento singular y de sus avances lineales. La singularidad proviene
de las características, atributos y objetivos particulares de cada
conocimiento, que lo diferencian de los otros, por ejemplo, un “clavo” se puede
distinguir de un “jazmín”, como un “doctor en derecho” de “un carpintero”. Cada
conocimiento singular avanza normalmente dentro de determinados cánones y
tiende a ser muchas veces más restringidas en relación a los avances de los
conocimientos de las otras singularidades y disciplinas.
Se sabe que el nuevo
ordenamiento de empresas, sectores, recursos, empleos, remuneraciones, precios,
actuación de los poderes públicos no serán los mismos del año pasado, y a raíz
de esos cambios y de los “nuevos conocimientos” que se producirán las personas
aprenderán cuestiones completamente diferentes, de ese nuevo mundo y de esos
cambios y si los aprovechan les darán unas mayores recompensas que las
recién pasadas y, desde luego, que las actuales.
El “pensamiento intersticial”
se basa en el principio de que todo en el universo está relacionado, y que la
mayor parte de ese relacionamiento no se conoce, es decir, no hay conocimiento
disponible hasta ahora. Y eso es crucial para enfrentar el escenario que viene.
Por su parte, el método para
el desarrollo del “conocimiento intersticial” consiste (simplificando la
explicación) en encontrar relaciones entre las características, los atributos y
los objetivos de diferentes singularidades para llenar los “vacíos de
conocimientos que existen entre ellos”. Lo cual se aparta del método
tradicional de desarrollo singular de las ciencias y las respuestas
empresariales y de gobernanzas del pasado.
Al aplicarse la metodología
sugerida se podrá llegar a resultados sorprendentes nunca antes alcanzados,
logrando acceder a fuentes de enorme poder creador, como se ha descrito en
documentos anteriores entregados, a través de medios, gratuitamente a la
comunidad para su beneficio y aplicación. Esa será la nueva riqueza y valor
agregado para las naciones, empresas y personas en los próximos escenarios
postpandémicos.
La pandemia va de retirada. Sin miedo, entonces, invitamos
a crear y reiniciar con mucho ánimo y con otros paradigmas las actividades en
el emergente mundo que nos tocará vivir a contar de un poco tiempo más,
buscando en él, en lo intersticial y u otros enfoques aportes a la innovación y
al reemprender: una nueva y desafiante forma de vida para beneficio de todos en
la nueva vida de postpandemia.
23
Mayo 2020
Por Omar Villanueva Olmedo Director OLIBAR Consultores Interstitial Knowledge’s & Strategies -since 1972- Lic. Ing. FEN Universidad de Chile Team OLIBAR x Responsabilidad Profesional
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