Funcionarios del Serviu Ñuble regresan tras colaborar durante ocho días en tragedia nortina

El resultado de su trabajo arrojó la entrega al Ministerio de Vivienda de poco más de 200 fichas sociales realizadas a igual número de familias.

El asistente social Angelo Fuentealba y la constructor civil Alejandra Soto fueron los dos profesionales del Serviu Ñuble que se unieron al equipo regional del Servicio para prestar colaboración en las tareas de catastro y evaluación socio habitacional de las familias afectadas por el aluvión en el norte del país.

De los ocho días de permanencia en la zona, gran parte de su trabajo –cuya jornada alcanzaba las 11 horas diarias- se concentró en Copiapó, Tierra amarilla y la localidad de Los Loros, ubicada a 15 kilómetros de esta última.

Cuentan que a poco andar, era posible apreciar la real dimensión de la catástrofe, donde la devastación material se mezclaba de inmediato con el drama humano de haber perdido a familiares y seres queridos.

“Junto con recabar información relevante para el Ministerio de Vivienda, a través del catastro técnico social, gran parte de nuestro trabajo se centró también en hacer intervención psicosocial, contención emocional y refuerzo positivo en la necesaria reconstrucción de la historia a partir del relato de cada familia afectada por la catástrofe” indicó Fuentealba.

Alejandra Soto cuenta que las historias de supervivencia de la gente llevaban una fuerte carga emocional. “Muchas personas no tenían donde vivir, lo habían perdido todo o casi todo y estaban como obligados a permanecer allí, cuidando sus cosas en un ambiente hostil e insalubre. Nosotros trabajamos en esas condiciones, sobre una capa de un metro y medio de barro mezclada con aguas servidas” describe con desazón.

Por otra parte, los profesionales destacaron el buen nivel de sincronización de equipos y logística por parte del Minvu, lo que facilitó enormemente el trabajo en terreno de cada uno de los equipos provenientes de diversas regiones del país. “Pensaron en todo. Recibimos vacunas para prevenir enfermedades y una capacitación que nos permitió estar alertas y pendientes de los riesgos. Estábamos obligados a usar permanentemente mascarillas y botas, entre otros implementos de protección”.

El resultado de su permanencia en la zona arrojó la entrega al Ministerio de Vivienda de poco más de 200 Evaluaciones Socio habitacionales con fichas técnico-sociales aplicadas a igual número de familias. “La experiencia fue inolvidable. Con Alejandra llegamos convencidos de haber tomado una de las mejores decisiones en nuestra carrera profesional,” destacó Angelo Fuentealba.

Finalmente, el delegado del Serviu, Óscar Crisóstomo, destacó y valoró no sólo el trabajo y calidad profesional de los funcionarios sino también “la voluntad, entrega y ganas que le pusieron a la labor realizada, sobre todo en las condiciones extremas que hoy ofrece ese sector de la región de Atacama. Alejandra y Angelo reflejan el espíritu de nuestro Ministerio” subrayó Crisóstomo.