Proletarios y Proletarias del Mundo. ¡Uníos!

La Organización Comunista Revolucionaria – OCR, a través de su militancia, saluda a toda la clase trabajadora en una nueva conmemoración del 1° de mayo. Abrazamos a la clase trabajadora, aquella que día a día debe salir a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario para poder subsistir.

Las y los trabajadores nos desempeñamos en fábricas extractivistas, en la construcción, en puertos, en el comercio, en el transporte, en supermercados, en servicios sociales y públicos. Los menos, con un contrato estable y jornada laboral definida. Otros, con contrato que no considera la seguridad social, y en algunos casos, con jornadas laborales flexibles. Muchos más (y cada día más) sin contrato, sin protección social, sin jornada definida. Con más de un trabajo, muchas veces informal, también acudiendo al mal llamado emprendimiento para asegurar algo de dinero extra, pues el salario mínimo no alcanza para vivir. Muchos en la angustiosa cesantía o el trabajo esporádico, sobrellevando el estrés de que todos los precios suben, pero ni el sueldo ni el trabajo mejoran. Las mujeres, además cargan con las tareas de reproducción de la fuerza de trabajo a través de las labores domésticas, que se constituyen en una segunda explotación. Esta es la clase trabajadora del país. Segmentada en formas de contratación, dispersa en organización sindical, y con bajo nivel general de organización de masas.

Sin embargo, y pese a ese escenario que pareciera no tan favorable, una y otra vez, como oleadas del mar, la clase trabajadora con fuerza arrolladora irrumpe en el escenario actual y muestra su disposición y capacidad de lucha. Profesores y asistentes de la educación, auxiliares, TENS y enfermeros, portuarios, peonetas, jornaleros, mineros subcontratados, trabajadores agrícolas, todas y todos, de diferentes formas y con la creatividad propia de lo popular, hacen suya la organización y la huelga, sea o no legal.

Una de las tareas tácticas por las cuales las y los comunistas, revolucionarios, anticapitalistas, antiimperialistas y clasistas debemos trabajar es en las condiciones organizativas y de lucha para que la clase trabajadora junto al pueblo tengan la capacidad de avanzar desde la huelga económica hacia la huelga política, la huelga general. Aquella paralización y movilización de masas, transversal y que acoge las demandas sentidas del pueblo, transformándolas en un pliego de demandas común y germen del proyecto proletario y popular.

La historia de la lucha del proletariado es un continuo. Somos herederos y herederas de los mártires de Chicago, de las mancomunales salitreras y la acción directa de las huelgas de ollas apagadas. Somos hijos e hijas del legado de Recabarren y Teresa Flores, germen del movimiento obrero y comunista de Chile. Recogemos de las grandes huelgas del carbón, de Magallanes, de SABA y de los puertos, los aprendizajes y enseñanzas que dejaron aquellas generaciones de trabajadoras, trabajadores y sindicalistas. Aprendemos de los alcances, pero también de las limitaciones del sindicalismo y la necesaria construcción del partido proletario para alcanzar la verdadera emancipación de la clase trabajadora y el pueblo, en Chile y en el mundo.

Para barrer con esta explotación, requerimos del partido comunista para la revolución, aquel instrumento político que reúne a las voluntades empapadas de conciencia y disposición de lucha. Voluntades que diluyen su individualidad para constituirse en un sujeto colectivo, en un solo puño de combate contra el capitalismo y el imperialismo. Esto requiere, necesariamente, barrer con el individualismo, el liberalismo, el personalismo, el sectarismo y caudillismo, volcarse de lleno a servir al pueblo de todo corazón y luchar incansablemente por la victoria y el poder.

El partido que necesitamos debe ser de cuadros políticos, acerados en la ideología del proletariado, conscientes y coherentes respecto de su actuar, con disposición de enseñar y aprender, de luchar y combatir, de aplicar la teoría a la realidad concreta y potenciar la creatividad de las masas para la germinación de la creación heroica y la transformación radical de la sociedad de clases.

Vivimos la era de la revolución proletaria. Es el segmento consciente de la clase trabajadora el llamado a conducir políticamente las rebeliones y revoluciones que hoy están ocurriendo y las que están por venir. Aunque desde los sillones del poder o los escritorios de la academia nos traten de confundir con relatos el fin de la historia, de la micro política y de la lucha contra todas las violencias; Tenemos la certeza de que asistimos a un momento histórico donde los pobres del mundo bregan por la rebelión

En este día, no podemos dejar de mencionar la importancia del internacionalismo proletario, aquel que trasciende las fronteras nacionales para hermanar a todas y todos los proletarios del mundo. En la actual fase decadente del capitalismo monopólico, el imperialismo, se hace aún más urgente que se constituyan partidos comunistas con la capacidad de emprender y conducir la revolución en cada país. Ese es uno de los aportes más concretos que las y los comunistas podemos y debemos realizar para el fortalecimiento del internacionalismo proletario. Saludamos las gloriosas guerras populares de India, Filipinas y Turquía, a las organizaciones revolucionarias que caminan y recorren Latinoamérica con naturaleza indómita y rebelde.

Extender raíces dentro y fuera de cada país, solidarizar con las luchas sindicales, pero también con las diferentes expresiones de combate contra la explotación y dominación que ejercen los grandes grupos económicos a nivel mundial, de la mano de potencias imperialistas. Solidarizamos con Palestina y su heroica resistencia, con el pueblo hermano Mapuche en su lucha por autonomía y autodeterminación y exigimos la libertad inmediata y sin condiciones de todas y todos los presos por luchar tanto en Chile como en el mundo.

Debemos, con toda convicción, certeza y orgullo, salir a gritar a viva voz que somos las y los trabajadores quienes, en nuestras manos tenemos la capacidad de subvertir la realidad, barriendo con el viejo estado y construir un mundo libre de opresión y explotación. En donde el horizonte sea la expropiación, la socialización de medios de producción y reproducción y el control obrero de la producción. En donde el conocimiento esté al servicio del pueblo y todos los derechos sociales básicos se encuentren garantizados sin mediaciones del lucro y el mercado. Donde el día sea distribuido correctamente y haya tiempo destinado al trabajo, a la recreación y al ocio. Que la solidaridad sea pan de cada día y no vivamos la dictadura del capitalismo, por el contrario, se haga realidad lo que nos dicen imposible, que forjemos la sociedad que tenga el lema “de cada cual, según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”.

¡De la Lucha Sindical a la Huelga General!

¡Del Sindicato al Control de la Producción y la Conquista del Poder!

A Barrer con la Explotación: ¡A Construir el Partido para la Revolución!

¡Trabajadores y Trabajadoras al Poder!

¡La Rebelión se Justifica!

Organización Comunista Revolucionaria – OCR