Chile: ¡Trabajadores de la educación en pie de lucha!

  

La precarización de la vida, la flexibilidad laboral y la superexplotación como salida a la crisis económica ha desencadenado un aumento de las luchas de las y los trabajadores por mejoras concretas de sus condiciones, lo que, combinado con la sostenida crisis de la educación, ha volcado a las y los trabajadores de la educación a las calles a nivel nacional. Tanto las y los docentes como asistentes de la educación  se han ido a huelga, marchado y paralizado sus funciones, exigiendo mejoras salariales, pero también denunciando la figura de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) como entidades burocráticas, con infinidad de problemas administrativos que incluyen el no pago de salarios de trabajadores trasladados, demostrando que en realidad no han venido a mejorar para nada el sistema de educación pública, siendo esta otra falsa promesa de un gobierno y de un sistema que presume de la educación como un derecho garantizado.

 

Desde la calle las y los trabajadores se han movilizado en unidad, rechazando recortes presupuestarios, insuficiencias de infraestructura, cargas excesivas de trabajo, salarios que no alcanzan para vivir y la deuda histórica.  A pesar de la conducción conciliadora que encabeza la dirigencia del Colegio de Profesores, no se desplaza la justeza de las demandas que por años han sido levantadas por profesores desde sus espacios de base y han impulsado 5 jornadas de movilización durante este primer semestre.

 

La crisis del sistema educativo mercantil nos exige estar más presentes y hacer carne la solidaridad de clase en nuestras propias casas de estudio.  Entendemos que nuestro rol en la lucha de clases es meramente auxiliar, aprovechando las herramientas que tenemos a nuestro favor, como el tener mayor tiempo, facilidades materiales para así organizarnos y ponernos a disposición de espacios de organización en nuestras casas de estudio. Con el fin de no solo poder levantar las demandas que a las y los estudiantes les aquejan, sino para también poder estar en las luchas que dan los distintos sectores de nuestro pueblo y ponernos al servicio de sus justas peleas.

 

Reconocemos que nuestro deber es ponernos al servicio de las luchas legítimas de nuestra clase, aportando desde nuestro rol dinamizador e impulsando a su vez la combatividad y el clasismo en conjunto con los trabajadores. En consecuencia, generar lazos de trabajadores-estudiantes en los distintos espacios en los que congeniamos y poder luchar conjuntamente por una solución a estas problemáticas y avanzar en la mirada de cúal es el sistema educativo que realmente queremos construir en conjunto con el resto de los sectores que componen (o deberían componer) las comunidades educativas. Solo la unidad entre trabajadores, estudiantes y apoderados le puede hacer frente a quienes hacen de la educación un negocio indigno, mientras sus hijos estudian en las mejores condiciones.

 

Además de generar las condiciones para dar la pelea con la totalidad de las y los trabajadores que puedan dar la lucha por sus demandas históricas, reconociendo que pertenecemos a la misma clase y debemos de golpear con un mismo puño este sistema de miseria.