Los hombres y mujeres fundamentales se miden por la consecuencia de sus actos, se valoran con el paso de los días conforme a sus convicciones y a la firmeza de las mismas. El jueves 26, recientemente pasado, a poco más de las 18 horas, dejó de existir Luis Orellana Villa, un hijo pleno del suelo sancarlino, que a pesar de los años y de una vida hecha con esfuerzo en lejanas tierras, Noruega, jamás perdió la tibieza de las cosas simples de su infancia y nunca olvidó los días plenos de sueños y esperanzas, de una militancia activa en las Juventudes Socialistas del Comunal San Carlos, en donde se forjaron los ideales y las utopías que persiguió tenazmente cada día de su vida, hasta el final.
Luis Orellana, apenas cumplió los 19 años, tuvo que enfrentar la cárcel y el destierro luego de 4 años de injusto encierro, apremios y torturas. Fue en la cárcel de Chillán en donde se informó del asesinato de su hermano Pedro, en la Laguna de San Carlos. Fue en los días de encierro que se informó del nacimiento de una de sus 4 hijas, Beatriz. Fue en la cárcel de Chillán en donde vivió el horror de días infames y descubrió la solidaridad de muchos que mantuvieron la fe y la esperanza.
Luis Orellana Villa |
Luego de 4 años de cárcel, partió al exilio, habiendo mediado el obispado de Chillán, puntualmente por la intervención del Cura Raul Manríquez. Viajó hasta Oslo, Noruega, donde como tantos se enfrentó al destierro, donde conoció la solidaridad de muchos y también se enfrentó a la necesidad de aprender a vivir lejos de la patria. Allí se dedicó a aprender un nuevo idioma, una nueva cultura, otros paisajes, que nada tenían que ver con su San Carlos natal.
Lejos de la familia emprendió la tarea de insertarse en un mundo absolutamente distinto, solidario, pero distinto. Fue así como participó encomendado por el gobierno noruego en las tratativas de paz de Centro América, y fue así como activamente fue parte de las negociaciones en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras, recuerdo permanente en su memoria.
Fue en Noruega en donde tuvo la oportunidad de estudiar y se recibió de Ingeniero Eléctrico, formó una familia y en tanto fue posible volver, no dudó y volvió a reencontrarse con los suyos, con todos aquellos que había quedado injustamente en su Chile amado.
Volvió tantas veces como pudo a su San Carlos del alma, para volver a vivir sus calles y rincones, para volver a reencontrarse con sus amigos y compañeros… aun cuando las cosas naturalmente y forzosamente habían cambiado, siempre fue posible reencontrarse con su niñez y su juventud.
Cuando lejos en Noruega, se enfrentó a una grave enfermedad, cáncer, entonces su disposición fue sanarse para volver y volvió como tantas veces, pero ahora venía enfermó y una vez más puso a prueba su voluntad… dio todo de sí, hizo todo lo posible por recobrar la salud, se reencontró con su historia, con su familia, con sus amigos y con su Partido Socialista. Fue un activo militante siempre al servicio de su partido, insistente en la necesidad de formación, de educación política.
Se dio a la tarea de recordar a su hermano Pedro y organizó los dos últimos años un encuentro con la memoria cada 11 de septiembre para recordar a los caídos, a los exiliados y a los que ya no están entre nosotros. La muerte lo sorprendió cuando ya planificaba el próximo 11 de septiembre.
Luis Orellana Villa fue de aquellos fundamentales, de aquellos consecuentes a pesar de los pesares, de aquellos que jamás olvidaron su origen y mantuvo siempre vivo sus sueños y utopías, para construir entre todos un mundo mejor, más justo, pleno de paz y oportunidades para todos.
Hoy despedimos al compañero Orellana, al niño sancarlino, al joven inquieto y participativo, despedimos al que soñó con una patria mejor para todos, hoy despedimos al hombre del exilio, al hombre que amó a su generosa y solidaria Noruega… hoy despedimos al compañero incansable, hoy despedimos al hombre que vivió la cárcel, el exilio, el dolor de la pérdida, hoy venimos a despedir al padre que luchó por ganarle a una enfermedad que enfrentó con hombría y coraje, así como siempre lo hizo en su vida… hoy despedimos a uno de los nuestros, a quien recordaremos especialmente por su generosa militancia.
Luis Orellana Villa, buen viaje a lo eterno, que el azul profundo e infinito sea un espacio generoso y pleno. Descanse en paz compañero, descanse en paz porque bien merecido lo tiene luego de una vida intensa, en donde hizo su mejor esfuerzo…
Compañero Orellana, buen viaje, descanse en paz.
Por Compañeros Socialistas
Por Compañeros Socialistas
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