Más que el simple Control de la Población Canina hoy.

En las ciudades de Chile es común ver que la población de perros vagos y callejeros va en aumento transformándose en un grave problema de salud pública. Para el control de esta situación existen grandes vacíos legales que no dejar claro cuál es la institución responsable, por un lado está la Seremi de Salud que plantea que solo puede actuar en casos de sospechas de rabia y por otro las Municipalidades, cuyas tema esta ligadas al aseo y ornato como una de sus funciones privativas. Pero, en general, la ciudadanía recurre a su municipalidad las que se han visto obligadas a implementar políticas particulares, a través de sus departamentos de medioambiente, sin embargo, por más esfuerzo y recursos que se le inyecten, les es difícil mostrar resultados en el corto plazo. 

Ahora que se aproximan las elecciones municipales, no es poco común escuchar que se promueve la instalación de Caniles como la forma de resolver el problema. Habitualmente esta propuesta sitúa la solución solo en servicios municipales sin considerar la participación de la comunidad ni hacer esfuerzos por provocar cambios de actitud en el trato que cada dueño debe procurarle a sus animales de compañía. De esta manera es fácil que este tipo iniciativas se trasformen en parte del problema ya que los costos de mantención, alimentos, insumos veterinarios, personal de aseo y cuidados profesionales, así como el hacinamiento con el riesgo de mal trato animal, se van elevando en la medida que la población canina va aumentando y envejeciendo en el canil. 

Para abordar este tema se debe aplicar una política integral de control de la población de mascotas cuyos principios fundamentales son el respeto a la vida, participación ciudadana, educación ambiental, atención veterinaria permanente y gradualidad, siendo el involucramiento de los vecinos la clave del éxito. 

Para generar cambios sustanciales se deben conseguir 6 objetivos: 

Primero, lograr que los dueños adopten las normas de tenencia responsable de mascotas, lo que se consigue con mucha educación ambiental, 

segundo, comprometer apoyo activo al programa de esterilización de machos y hembras, aquí la literatura científica señala que se pueden ver resultados a los 10 años si la tasa de esterilización es de 10% anual, ósea un programa permanente y no jornadas de esterilización aislada, 

tercero, hacer que la dirigencia vecinal se responsabilice por los perros comunitarios de sus villas estilizándolos, que si bien es cierto no son de nadie y de todos a la vez, no conviene sacarlos del lugar donde han encontrado refugio, comida y bebida porque evitaran que otros perros lleguen a vivir en el lugar, 

cuarto, realizar una fuerte alianza con los animalistas que hacen una labor voluntaria y desinteresada, a ellos se les puede entregar un subsidio para que mejoren su trabajo y puedan hacerse cargo del resguardo de muchos canes abandonados y para que realicen constantemente jornadas de adopción, 

quinto, implementar un centro veterinario municipal que se ocupe de la salud integral y el registro, 

y sexto, promulgar una ordenanza sobre tenencia responsable de mascotas con multas claras y debidamente fiscalizada.

Luis Antonio Arriagada Vallejos

Medico Veterinario, Magister en Gestión Ambiental

Vicepresidente Corporación Visión Ciudadana