Historia de dos programas. Después de conocer, revisar y
sacar conclusiones sobre los planes de gobierno de las últimas cuatro
elecciones de presidente de la República de Chile se llega a la conclusión que
eran trabajos en los que era difícil conocer su comienzo y un fin: que eran
por períodos poco definidos; suponían recurso que deberían estar en
futuros presupuestos; que se cumplirían en solo un escenarios hipotético, no se
consideraban otros; que no se sabía si se dispondría de todos los recursos
humanos y tecnológicos indispensables; que se pretendía alcanzar metas para
determinados tipos de electores y no siempre para la mayoría de la población y
que finalmente cada parte se refería a materias muy singulares como: aumento de
los tributos, salud, trabajo y previsión, vivienda, sectores económicos
(agricultura, minería, transporte, importaciones, exportaciones, etc.), obras
públicas, libertades; cultura, otros.
Si bien
este pasado descrito puede servir para que muchas personas de diferentes campos
hayan aprendido sobre planes y política del nivel que sea, sin embargo ha
dejado una pobre lección para el presente. Además, se ha insistido en presentar
lineamientos, insistimos no planes. Que se controlan poco o casi nada, y no hay
preocupación porque se cumpla otra función de un plan como: que se hagan las
correcciones durante su implementación.
El presente, y a que llegaron ambos
equipos. A esta
fecha, hay ya dos planes o “barruntos” para el período 2022-2026. Los intentos
anteriores han sido varias veces modificados, alterados y buscando atraer a los
que no votan (aprox. 50% del electorado) y a los denominados “de centro”,
que votaron en la primera vuelta por un candidato o candidata que perdió.
Los
líderes de los perdedores, en su mayoría, se fueron a cobijar debajo del ala de
cada uno de los dos candidatos ganadores, con alguna esperanza de no pasar al
olvido y esperar que servir para algo.
Sin
embargo la esperanza de ganar está viva. Porque en la medida que algunos de sus
planes o barruntos, que no fueron ganadores ni adecuados para ganar en la
primera vuelta, si lo eran para la segunda. O sea esos electores, más o menos
40% de los votantes (más para el casi 50% que se abstuvo), tiene que hacer
ahora una reflexión: ¿Cuál de los planes finalistas está más relacionado con
los planes por los que se podía votar? y ¿Cómo son compatibles con las
posiciones extremas de los planes originales? Tienen un gran dilema.
Ojalá que
un % de ellos acierte y lo que perdió en la primera vuelta lo gane en la
segunda y ánimo para aquellos que pierdan en vuelta y revuelta: ¡El mundo no se
acaba! Los sistemas se reequilibran en un nuevo nivel y habrá que adaptarse a
una realidad no esperada por no anticiparla, más allá de los deseos y las
legítimas preferencias personales.
Finalmente,
los planes que han estado a la vista son tentativos, han sido revisados a la
luz de la primera vuelta y a gusto de a quienes se quiere agradar para la
final. Pero han sido notorias las volteretas para hacer una relación que es
poderosa: “dejo (o modifico y altero) lo que apoyaron mis votantes del 21
de noviembre y agrego apéndices (adendum) que aunque podría no ser de agrado de
los primeros, se supone que atraerá a los que interesa, con lo que queda un
pastel -agrio y dulce- que no le gusta mucho a nadie, pero que es lo que hay.
Es lo mejor que se puede hacer cuando no hay tiempo ni recursos -pese a que
tuvieron 4 años financiados por los ciudadanos- para hacer esta tarea.
Pero no
se trata sólo de dinero y tiempo, sino que de utilizar el tacto político de
jugar con términos y temas que se supone, por los ideólogos, sagaces políticos
y comunicadores, que son los más atractivos para la población electoral
objetivo. Probablemente, estos últimos, estén menos interesada en reflexionar y
evaluar los pros y los contras de cada candidato a presidente, pero si los
impulse a que se decidan elegir a uno u otro postulante.
Es decir,
que los comandos insistan en la última semana en destacar los intereses
político-económicos que los acompañan y los peligros y las oportunidades que
pueden ocurrir en términos de: empleo y remuneraciones, crecimiento económico o
decrecimiento, libertades, variación y cobertura contra de la violencia y crímenes,
salud, previsión, vivienda, narcotráfico, educación, obras públicas y peajes,
locomoción pública, etc. si los electores se equivocan en marcar la preferencia
por uno y otro programa.
Futuros posibles e imposibles con los
programas si ganan. Es incierto, muy incierto, tal vez más que en los años 1995/99, 2013/17.
Con el objetivo de poner sobre aviso a los electores, que voten o no, hay que
insistir que, según los candidatos, hay razones para anticipar que los próximos
4 años sean muy difíciles como un escenario posible más probable, dentro otros.
Pero está
por verse, porque sobre los futuros cercanos o lejanos sólo se pueden hacer
conjeturas, o sea, posibles ocurrencias cuando más. Lo grave es que no se
presentan alternativos futuros posibles y en cuál de ellos los planes se
aplicarán y se debieran obtener sus resultados esperados. Y tampoco se
indica qué cambios introducirían si el futuro se comportara de manera diferente
al supuesto futuro (no anticipado) y en que los resultados prometidos en los
planes no se cumplan. Serían muchas volteretas en seguridad, violencia, salud,
educación, impuestos, inflación, límites e ingreso de inmigrantes, etc. Y tener
presente que… también pudiera haber otro escenario muy positivo. ¿Llevará ese
posible cambio de entorno a modificaciones permanentes en que se desenvuelva el
futuro gobierno, algo parecido a los últimos dos años de gobierno?
¿Y si el
futuro no ocurre como se espera? Dos ejemplos en forma sencilla ayudan a
entender superficialmente los beneficios y los perjuicios de hacer planes con
diferentes plazos, recursos y objetivos en diferentes terrenos y de pensar que
por solo eso “el futuro se comportará como se espera”. Lo que todo el mundo
sabe es que eso sólo ocurre pocas veces, pero se insiste dárselas de pitonisa
griega apostando con alternativa única.
Ej. 1 Banco Central el caso es pertinente, cuando la
inflación alcanzó a superar la meta, que ni siquiera se equiparó con ella la
tasa de interés. ¿Por qué no se hizo? Tal vez porque en sus mentes no estaba la
idea de que los precios subieran, o no los anticiparon. Pero se puede suponer
que era evidente que en el plan no estaba que el IPC subiera tanto, porque si
hubiera sido así se habría anticipado el incremento de la tasa de interés, por
lo menos, para desanimar a los ciudadanos y a las empresas a incrementar
los precios. Una vez más tarde a la jugada. Hoy la tasa de inflación en un
año es 7% y la tasa de interés está igual que hace unos meses y sigue sin
subirse y lo que se dice es que podría llegar a 4%. El lector se puede
preguntar: ¿a quién beneficia esta enorme diferencial, igual o más, de 3%? Se
puede suponer que a la gran mayoría de los que votarán el 19 de este mes.
Además este rezago, ha hecho perder muchos millones a las personas e
instituciones que tienen depósitos a plazos con grandes transferencias de
riqueza: es decir ganan algunos y pierden otros, pero a los elegidos por los
políticos y candidatos no les interesa lo que le ocurre a los ciudadanos, les
atraen otros objetivos.
Ej. 2 Salud. De los planes de gobiernos propuestos se
pueden hacer reflexiones por lo que dicen, sea que se apliquen o no en el
futuro. Se puede analizar por ejemplo, que la atención en salud sea: universal
y financiada por el Estado. Hay muchos líderes, en diferentes singularidades,
mundiales y locales, que desde hace años vienen con esa propuesta. Suena
bien, es generosa, es delicada, atiende una necesidad mundial, permanente,
¿cómo no va a ser bueno que a un enfermo lo atiendan en forma inmediata, que lo
puedan operar oportunamente, que le regalen los remedios y lo cuiden hasta que
esté recuperado y no le cueste un centavo? ¿Ocurrirá algo así en el mundo real?
Ciertamente que no, porque no hay los diferentes recursos flexibles y totales
suficientes que lo puedan financiar. Se llegaría a unas necesidades al
infinito. Estas son promesas fantasiosas e irresponsables, como se demuestra en
“El sistema de salud intersticial” que va más allá de los desacreditados
ecosistemas de salud focalizados en enfermedades. Pero, si se considera que si
es posible de hacer este discurso promesa con una buena muñeca, debiese como
requisito imperar en salud primero el: promover, prevenir y aplicar y disponer
(relevar previa y verdaderamente) los estados vigentes de salud de toda la
población (sanos y enfermos). ¿Será eso posible en 4 años?
Aunque
ese sistema de salud no será una realidad próxima, nuevamente es algo que debe
ocurrir en el futuro y por lo mismo habría que explicar bajo qué tipo de
escenario y condiciones sería factible esa realidad. Nuevamente, no se dice
nada y por lo tanto no es más que una promesa ilusoria, un simple deseo
bondadoso que tiene limitadas posibilidades de ser realidad.
Y así
siguen las promesas: reducir o erradicar las violencias, pero si se ha
observado en los vaivenes y en los enfrentamientos que algunos comportamientos
de los mismos proponentes son de violencia verbal, pero que a veces llevan a
desencadenar la real.
Saque Ud. su propia conclusión: Considerando que los planes y
programas son lo que son: conglomerados de expertos singularistas, papeles
escritos, discursos, políticos, publicidad, comunicación, digitalización, boca
a oído, rrss, y la parafernalia para inducir a que elijan a una determinada
persona y a sus larga lista de adherentes y militantes que esperan conseguir
mejorar su vida con su elección.
¿Cree que
los programas son realistas y serán capaces de lograr lo que prometen? ¿Cuál le
parece más realista de cumplir, factible y financiable? ¿Cuál anticipa mejor
los futuros posibles? ¿Cuál tiene la fuerza épica y la ética para cumplir lo
prometido? Ud. puede hacer algunas preguntas adicionales.
Es
susceptible para algunos políticos creer que eso interesa poco a la población y
podría ser que por eso que votarían menos electores. Pero que el futuro es
incierto, y a lo mejor por lo mismo vayan a votar muchos más de los que hasta
ahora lo han hecho.
En
elecciones y no hay sorpresas sino sorprendidos. No digan después analistas,
periodistas y políticos: ese escenario no lo vimos venir y no fuimos
advertidos.
Suerte
para todos y Felices Navidades 2021
Omar Villanueva Olmedo Director Team Interstitial Knowledge´s olibar Teoría de Conocimiento Intersticial olibar TCIo - Since 1972 Chile -
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