La rueda de la historia, en su eterno girar, nos va mostrando, de tiempo en tiempo, hechos, o personas, o personajes que resaltan, que llaman poderosamente la atención por las circunstancias que los rodean.
Sin considerar situaciones negativas o dolorosas para la humanidad o para nuestro país (guerras, terremotos, incendios), hoy nos referiremos a un hecho sobresaliente, digno de todo encomio.
En efecto, estamos hablando de un singular grupo de personas, la última generación de las humanidades de la gloriosa ESCUELA CONSOLIDADA DE EXPERIMENTACION DE SAN CARLOS, que egresan en el año 1970, hace cincuenta años y que hemos denominado CONSOLIDADOS 70, una generación dorada.
En la vorágine de los tiempos actuales, como se explica que un grupo de personas siga unida por cincuenta años? Qué tengamos una “junta anual” el segundo sábado de noviembre de cada año? Que nos reunamos para celebrar algún cumpleaños, o para un “asadito”? O que hayamos repetido el viaje a Mendoza, hace cinco años, y cuarenta y cinco años después que hicimos el anterior? A no dudarlo, algo nos une: Principios, valores, ideales, que todos hemos cultivado y que, además, fueron inculcados por nuestros inolvidables profesores.
Eran los tiempos de la educación pública de excelencia, con pocos recursos, pero con voluntades intrépidas, con sentimientos ennoblecidos y, a costa de ingente esfuerzo e ingenio todavía mayor, los maestros, más que educar alumnos, en la fragua del pizarrón y la tiza, templaban personas, forjando espíritus solidos que, amasados por las manos del tiempo, dan como resultado este grupo lleno de luz: Mujeres extraordinarias, hombres sobresalientes, todos pisando el firme terreno de la fraternidad, la tolerancia, amistad, respeto, afecto y camaradería.
Precisamente, la mayoría de los CONSOLIDADOS 70 son profesores y profesoras, siguiendo tal vez el curso de su propia vocación y, quizás, rindiendo un homenaje a la huella del alto ejemplo de quienes fueron nuestros educadores.
También los hay de otras profesiones u oficios, pero todos son fuertes árboles, verdes plantas y hermosas flores que crecieron y se afirmaron en el tiempo. Otros, convertidos en frágiles avecillas, ya han volado muy alto y no están con nosotros, pero cada vez que surcan el cielo, en sus gráciles movimientos nos recuerdan sus nombres, que nunca olvidaremos, porque vivirán por siempre en nuestro corazón.
Como olvidar a Maria Rivas?. A Rita Valdivia?. A Laura Aguayo?. A Gonzalo de la Maza?. A Carlos Kunz.? A Eugenio Quinteros?. Nuestro cariño de siempre para ustedes queridos compañeros y nuestro saludo a vuestras familias.
Los que ya no están y los que si estamos hemos escrito una página importante en el libro de la vida, con tinta indeleble y cada uno de nosotros es persona destacada en nuestra comunidad.
Nuestro reconocimiento A LA ESCUELA CONSOLIDADA DE SAN CARLOS, nuestro homenaje a nuestros educadores, nuestro respeto por la educación pública de excelencia, por formarnos como personas con principios y valores inclauidicables.
Dejaremos un legado imborrable para las próximas generaciones. Ningún virus miserable, ninguna pandemia, ni los blancos y negros de la vida podrán arredrarnos.
¡Vamos, amigas y amigos, por los próximos cincuenta años!
El afecto de siempre, el abrazo grande y cariñoso para todos los CONSOLIDADOS 70.
Mi suegra pertenecía a esa generación, ella tenía vocación siempre preocupada por sus alumnos que gran reportaje. Gracias por esta fotografía y mencionar su nombre
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