La campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile adhiere a la
convocatoria del 22 de Abril, la marcha nacional por la Recuperación del
Agua. Los colectivos, organizaciones y gente participante de la Campaña
Yo No Quiero Transgénicos sabemos que nuestro fin último es la
“Soberanía Alimentaria” y el Buen Vivir. La soberanía alimentaria
requiere de campesin@s, territorio, semillas y también agua disponible
para el bien común. Nuestra lucha contra los transgénicos y contra los
plaguicidas siempre utilizados en estos cultivos, es parte de la lucha
por un nuevo modelo agrícola, económico y político. Nuestra lucha es por
la agroecología y por la recuperación de las semillas ancestrales y las
prácticas antiguas de los pueblos. Por ello nos sumamos y te invitamos a
sumar para el 22 de Abril en la Manifestación Nacional por la
Recuperación del Agua.
Nosotros defendemos la semilla campesina, como patrimonio de los
pueblos campesinos e indígenas y eje de la soberanía alimentaria. Los
poderosos quieren privatizar la semilla campesina, patentándola a través
de un “registro”, así como privatizaron el agua a través del Código de
Agua. Por ejemplo, en el registro actual de obtentores
vegetales, figura una variedad de Quínoa (la Regalona BAER) a nombre
de la empresa Semillas BAER, propiedad de Erik Von Baer y su hija Ena
Von Baer, actualmente senadora designada. Hay un convenio
internacional llamado UPOV que permite a los denominados obtentores
vegetales (empresas o particulares) registrar a su propiedad variedades
de semillas manipuladas en laboratorio, y consideradas nuevas, estables
y homogéneas. Queremos destacar que en diciembre del 2011 la Asamblea
de las Naciones Unidas aprobó la propuesta del Estado Plurinacional de
Bolivia para declarar el 2013 como el “Año Internacional de la Quínua”
debido a sus excepcionales cualidades nutricionales, su adaptabilidad y
su contribución contra el hambre y la desnutrición. En Bolivia y otros
países de América y el mundo este cultivo va en incremento y se presenta
como un cultivo básico para la soberanía alimentaria y la alimentación
realmente saludable. En tiempos precolombinos, en el actual territorio
de Chile, se cultivaron diferentes variedades de quínoa (“dahue” en
mapudungun) y actualmente se cultiva en el norte, en la VI, VII e
incluso en la región de Aysén. En cada lugar la quinua es importante en
la alimentación familiar, el comercio local y la alimentación de
animales domésticos. Es decir “Soberanía Alimentaria”.
El registro de obtentores en Chile es administrado por el Servicio
Agrícola y Ganadero (SAG) según el convenio vigente, UPOV del año 78,
que Chile firmó el año 1994. De esta forma los agricultores que usen
variedades registradas deben pagar a los propietarios de dicha semilla.
Una versión mucho más estricta de este convenio, el UPOV91, está
aprobada por el congreso pero aún no está vigente pues la Ley de
Obtentores Vegetales permanece congelada en el senado debido al rechazo
social que ha despertado la privatización de las semillas. Para las
empresas vinculadas a los transgénicos agrupadas en Chile BIO y ANPROS,
es de suma importancia la aprobación definitiva del UPOV 91 y del
proyecto de ley sobre Bioseguridad que permite la expansión de los
cultivos transgénicos al mercado interno. En palabras simples el UPOV91
incrementa la rentabilidad de las empresas productoras de semillas,
principalmente transnacionales como: Monsanto, Pioneer, Dow Agrosciences
y Syngenta.
El capitalismo agrícola hoy materializado en el modelo
agroindustrial impuesto requiere del UPOV91, de la privatización total
de las semillas y del agua para hacer rentables sus negocios. Hoy las
empresas presionan al senado y sus infiltrados lobbistas negocian para
facilitar la aprobación de la ley de Obtentores Vegetales y el proyecto
de Bioseguridad. Pero se han encontrado con la resistencia de distintos
actores sociales y cada vez más gente es consciente y activa en la
defensa de la vida, es decir de la tierra, el agua y la semilla.
En 1980 entró en vigencia el Código de Aguas que permite lucrar con
el agua y dicta las bases para los actuales conflictos socioambientales
por el agua. Estos conflictos no se solucionan con más pozos o con una
“carretera del agua”, como propone Piñera. Los conflictos estructurales
demandan soluciones estructurales, es decir “Nueva Constitución” y
“Nuevo Código de Aguas” como mínimo. Para esto debemos estar preparados.
Por las razones aquí descritas, nos sumamos y te invitamos a sumar
para el 22 de Abril en la Manifestación Nacional por la Recuperación del
Agua.
“Luchamos por recuperar las semillas, el agua y nuestra libertad”
Campaña Yo NO Quiero Transgénicos en Chile
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