Esta
tercera publicación sobre una propuesta de nueva constitución para Chile, en nuestra calidad de consultores en
organizaciones, está dedicada a resaltar una de las materias olvidadas y propia
de la cobertura: la salud de los decisores, la que hay que considerar cuando se
trata de un tema nuevo y de alto impacto para una organización compleja como es
un país y una decisión estratégica que le impactará por años.
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Por: Omar Villanueva Olmedo. Director Interstitial Knowledge´s Theory olibar C° |
Siempre
será conveniente incorporar a consultores que se desenvuelvan en otras
singularidades para analizar las situaciones en sus aspectos: sociales,
políticos, económicos, ambientales, tecnológicos en especial en aquellos temas
que aparezcan cercanos al problema y posibles soluciones, pero que muchas veces
no se incorporan en estos estudios o trabajos, como es en particular la dimensión
“Sanidad o Salud” de la población para la toma de decisiones, de la que trata
esta nota.
EL
ENTORNO NACIONAL DESDE FINES DE 2019.
Para
comenzar ¿Considera el lector que los hechos ocurridos en el país y en el
exterior en los últimos 2 años y 10 meses, han pasado desapercibido en las
mentes y en los ánimos de la población nacional?
Sin duda
que no y es ahí donde aparece un tema antiguo que cobra un importante relieve:
la salud mental. Que, en general, se define como: el estado de equilibrio
de cada persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación en
el trabajo, en la familia, en lo intelectual y en las relaciones que
tiene para alcanzar su bienestar y su calidad de vida.
Según
algunos consultores especialistas en salud mental esta incluye nuestro
bienestar emocional, psicológico y social y que afecta la forma en que
pensamos, sentimos y actuamos. También ayuda a determinar cómo manejamos el
estrés, cómo nos relacionamos con los demás y como tomamos decisiones o no las
tomamos. También se refiere a las enfermedades o trastornos mentales comunes,
como la depresión, la ansiedad o el consumo de sustancias, vicios y
dependencias extremas que están fuertemente determinadas por las variantes
socioeconómicas (educación, empleo, vivienda, hogar, familia, ingresos y
relaciones interpersonales).
En estos
34 meses los problemas de salud mental han sido más comunes, con millones de
personas afectadas, con muchos tipos diferentes de enfermedades mentales, que
van desde la ansiedad y los trastornos depresivos hasta el trastorno
obsesivo-compulsivo (TOC) y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Hay
expertos que estiman que 1 de cada 5 adultos estadounidenses experimenta una
enfermedad mental cada año, si se asimilara a la población mayor de Chile,
durante los últimos 34 meses, más de la mitad de los adultos podrían haber
tenido problemas de salud mental, lo cual debiera afectar a personas de muy
diferentes actividades, responsabilidades e intereses. Sin olvidar que un
enfermo mental afecta tambien la sanidad mental de su entorno.
Pero
también se puede referir a quienes sean víctima de violencia sicológica o
física, sexual, de género, económica, política, bélica, racial o de otra
naturaleza y se considera que deben existir normas legales que garanticen
prioridad en la atención especializada.
Como se
comprenderá las víctimas de violencia o de otras situaciones de salud mental
deberían ser atendidas resguardándolas de las injerencias del entorno que
pudieran estar contribuyendo a afectar negativamente su salud mental y
viceversa.
Es con
respecto a lo anterior, que va desde los niños hasta los adultos mayores, que
se puede revisar el cúmulo de impactos que han afectado de diferentes maneras a
toda la población nacional, aunque algunas personas hayan podido evitarlo. Esto
va desde gobernantes, altos funcionarios gubernamentales, academia,
profesionales, empresarios, políticos, etc. hasta el mismo personal de salud
mental: médicos, siquiatras, psicólogos, psicólogos, sociólogos, asistentes
sociales, etc. y personal auxiliar.
VARIABLES DE CAOS O
DESPROGRAMACIÓN MENTAL Y FACTORES DESENCADENATES DE INSANIDAD: INDIVIDUAL Y
SOCIETAL, QUE HAN ENFRENTADO LOS CIUDADANOS.
Entre
otras:
1.-
Sentir que ha vivido y está en una sociedad con desigualdades, con
millones de nuevos profesionales, en algunas familias donde eran los primeros
que habían tenido un título técnico o universitario, que accedían a rentas y
niveles de vida muy superiores a las de sus padres y abuelos.
2.- Que
un día a fines de Octubre de 2019 se haya producido una violencia inusitada en
las principales ciudades, que no parecía una asonada local, sino que más bien
una acción orquestada, secreta y coordinada por “alguien”, de la que hasta
ahora no se conoce su origen directo y sus instigadores.
3.- Que
a la clase política se le ocurriera que ese; era el momento preciso para
confeccionar una nueva constitución, a cargo de 150 personas que terminó
representando sólo a una parte de la comunidad nacional.
4.- Que
se ha tenido una peste desconocida, de carácter mundial, con duración por
conocer, con creciente número de contagiados y fallecidos, inicialmente sin
vacunas, con ondas que crecían y caían, y que después de más de 2 años aun
no desaparece, que hay que usar mascarilla - ponerla y sacarla, al interior o
en el exterior y no olvidar tener una de repuesto y otras múltiples medidas
invasoras de la vida normal.
5.- Un
gran número de personas que no trabajaron meses o años, algunos cesantes,
alumnos en sus casas, inflación, pedir recursos al estado, vivir en apuros,
utilizar dineros de sus jubilaciones futuras en muy diferentes destinos, pero
no para lo que estaban destinadas generando incerteza previsional. Y donde
muchas autoridades y personas adineradas mostraron la diferencia entre los que
tenían asegurados sus ingresos y los que no sabían en qué gastar lo poco que
tenían o ahorrar o dilapidar los millones de sus jubilaciones
anticipadas, montos que nunca antes habían manejado. (Varios puntos del
PIB).
6.- Con un
escenario económico mundial incierto y una inflación no conocida por décadas
donde todo sube de precio, con más autos que hacen que las autopistas y
los caminos sean ya estrechos, con viajes por tierra más largos, y
con hoteles desocupados por meses,
7.- Y
con una violencia y delincuencia nunca antes vista, asaltos, armas, muertos por
la violencia de cada día, droga abundante y otras líndese. Aparte de la contribución,
de diferente tipo, que hace un más de un millón de inmigrantes avecindados
en un país no preparado en ningún plano para incorporarlos.
8.- La exposición de la gente a: sobre
información, nuevas tecnologías, saturación informática y de pantallas, así
como a redes sociales y sus enredos sumado al consumismo por ansiedad y
ludopatías, enajenación sedentarismo de la gente viendo series eternas por
semanas y meses sumada a una alimentación delivery a la cama en pijamas y con una
prolongada falta de: actividad física, arte, deportes, recreación presencial e
incluso falta de vacaciones propiamente tal desconectadas.
9.- Enfrentar
el miedo de una potencial guerra mundial silenciosa, las catástrofes y amenazas
climáticas -reales y ficticias- que informan los medios sobre calentamiento
global, desforestación, escasez de agua, alimentos, etc. las que según dicen
los “expertos” amenazarían la vida y
existencia humana.
10.- Y para
colmo -bonus truck- vivir meses de sucesivas campañas políticas, con nuevos
candidatos, votaciones y plebiscito, un año de Convención Constituyente,
con múltiples avances, algunos sorprendentes, otros sensatos, mucho de antiguo
y poco de prepararse para el mundo del incesante desarrollo
tecnológico y espacial, todos frentes en los cuales estará de alguna manera
presente una nueva o una renueva constitución.
¿Lo
anterior habrá pasado desapercibido en el cerebro y en las mentes y en los
ánimos de la población nacional y de sus gobernantes?
No
sabemos si existe un índice o medición científica que indique qué proporción de la población nacional
presenta síntomas o tiene algún estado avanzado de deterioro de su salud
mental, ni cómo está afectará al momento de marcar Apruebo o Rechazo al momento
de sufragar u otra alternativa.
Por otra parte, ha habido un
profundo silencio de parte de los entes nacionales que se preocupan de estos
temas, que pudiera ser por que estén muy abrumados atendiendo a pacientes, y
que no les quede tiempo para divulgar el estado de enfermedad mental en que
puedan estar los ciudadanos el 4 de septiembre y alrededores. Además de indicarnos
si algunos estados y enfermedades mentales podrían alterar las preferencias de
algunas personas. Por último, también es posible que este estado, en ningún
caso, produzca contraindicaciones electorales.
Y, todo lo anterior, con un
nuevo gobierno que tiene una "esperanza" puesta en esa fecha.
Una
pregunta final para reflexionar es si Ud. cree, que con el estado de situación
antes descrita del entorno y de la salud mental de toda la población,
permitirán tener la ponderación y equilibrio de sano juicio para el buen
decidir sobre el futuro del país en un tema tan relevante como lo es plantearse
una nueva Constitución para los próximos 50 años. No será más recomendable
esperar un momento de mayor paz que permita superar esta etapa de posible
insania mental de dirigentes y dirigidos, sometidos a condiciones extremas de
tensión, que evidentemente han afectado su salud física y mental, para tomar
buenas decisiones con una visión de futuro, templanza y tranquilidad.
Y no
sería bueno quizás sacar la presión de plazos tan presurosos para un nuevo
gobierno que tiene una "esperanza" y sus fichas puesta en esa fecha
que tensiona más la mente de una gran parte de la población quizás ya en “modo
insania” o insalubridad mental.
A
nuestro humilde entender, ni en las organizaciones ni en los países es bueno
tomar decisiones trascendentales bajo tanta presión sicológica y mucho menos
con el diagnóstico societal, que en esta nota antes se describiera, la que afecta a racionalidad requerida para esta
trascendental toma de decisiones. Cumplimos con advertir y que los
especialistas y los lectores opinen críticamente con libertad.
¿Quién sabe lo que va a ocurrir después del 4 de
Septiembre de este año? Tanto desde el punto de vista de los ciudadanos
que voten Apruebo o Rechazo, como del diagnóstico, pronóstico y tratamiento
masivo a la población que tengan enfermedades mentales graves o muy graves sin
tratar.
Un país es mejor cuando tiene una
población que dispone de los recursos que le
permitan vivir en paz, con holgura económica, con libertad y con una
adecuada prevención de su salud corporal y mental, que debiera ser parte fundamental
de su acervo cultural y su riqueza.
Lo precedente podría ser uno de los indicadores más fundamentales para inclinarse por la alternativa que más se acerca al logro anterior señalado. El elector tiene el 4 de septiembre no sólo la opción de elegir, sino que pronunciarse por vivir en el futuro en un país que tienda a hacer crecer su “riqueza nacional” en sus diferentes dimensiones y facilitar una buena calidad de vida para todos.
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2.- Escenarios: nueva constitución
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