Forestales y pesticidas en Osorno y San Juan de la Costa: ¿Por qué son una amenaza a la vida y territorios?
“Uno de los múltiples impactos del modelo forestal en Osorno y San Juan de la Costa, Fütawillimapu, gran territorio del Sur, es la contaminación por pesticidas, que se enmarca en la profundización del modelo neoliberal y extractivismo en Chile. Ante ello, comunidades Mapuche Williche y organizaciones campesinas y rurales se mantienen en alerta en los territorios de Forrahue, Huillinco y Popoén, exigiendo el fin de las fumigaciones”.
Por Martina Paillacar
Mutizábal, periodista/ Colaboran: Dasten Julian Vejar, sociólogo y Constanza
Mancilla, apoyo en comunicaciones. Fotografías: Martina Paillacar M.
Los impactos de las plantaciones de
monocultivos de eucaliptus y pino de la industria forestal en Osorno y San Juan
de la Costa, Fütawillimapu, son múltiples: la concentración de la propiedad, la
sequía, la erosión del suelo, la contaminación, el riesgo de incendios
forestales, la pérdida y disminución del
Itrofil mongen-la interacción e interdependencia de múltiples vidas de la
biodiversidad- la precarización
laboral, entre muchos otros. Se trata de impactos sociales y ambientales ampliamente
documentados, por evidencia e investigación científica, que se refieren a las graves
consecuencias que ha tenido la implementación de este modelo económico para el
pueblo Mapuche y las comunidades rurales en el sur de Chile.
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Imagen: Rodolfo Balbontín Leal, campesino de Forrahue, Fütawillimapu |
Por su parte, Rodolfo Balbontín Leal,
campesino de Forrahue e integrante del Programa de Agua Potable rural, Apr Kvme
Mongen, explica: “Nos informaron que la
forestal Vista Hermosa aplicaría cuatro químicos altamente tóxicos, entre ellos
Glifosato y Silwet. A pesar de su etiqueta de color verde, estos permanecen
largo tiempo en el suelo, matando todo ser vivo y afectando a la gente del
sector. Nos oponemos a que se siga fumigando”, enfatiza.
Seguidamente, y tras la notificación
de aplicación, las comunidades se organizaron para oponerse a la fumigación,
para ello se reunieron con todos los organismos relacionados para exponer su
problemática, entre ellos la Delegación presidencial, la Corporación Nacional
Forestal, el Instituto de Desarrollo Agropecuario, el Servicio Agrícola y
Ganadero, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena y la Seremía de Salud.
Sin embargo, la Secretaría
Regional Ministerial de Medioambiente no se hizo presente. Expusieron su
problemática respecto a las fumigaciones, dado que en el territorio se utilizan
ampliamente en el sector forestal pero también por una agricultura intensiva y
plantaciones de avellanos europeos y de cerezos de exportación, entre otros, en
las cuales se utiliza una alta cantidad de agrotóxicos.
“Nos dimos cuenta- comenta Balbontín- que
hay una normativa muy permisiva respecto a los pesticidas, que sólo protege a
los trabajadores de las empresas forestales, pero no así a las personas de las
comunidades. Además, existe un escaso presupuesto para fiscalizar y aplicar
normas adecuadas”.
Así, agrega: “Hay que pensar en un cambio profundo como sociedad, en un cambio de
paradigma de vida y hacer conciencia frente al modelo de producción de
acumulación de riqueza, que nos rige desde el 73’ en adelante en Chile para
lograr un respeto a la naturaleza y a las comunidades”. Finalmente, enfatiza que: “Los Pueblos Originarios han sido
arrinconados y dadas las luchas por recuperación de los territorios, el Estado
junto a grandes empresas responden realizando grandes negocios que impiden a la
gente seguir viviendo en sus propios territorios. Quieren desalojarnos, quieren
continuar con el despojo”.
Por su parte, Óscar Aburto, Director
de la Escuela Rural de Forrahue- que se encuentra junto a la estación médico
rural- explica que su escuela, de treinta y nueve estudiantes de primero a
octavo básico, se encuentra rodeada por plantaciones de Eucaliptus. Así,
menciona que: “Las fumigaciones conllevan
un daño a las comunidades que conviven junto a las plantaciones, como es el
caso de nuestra escuela. La flora y fauna del sector también se ve afectada.
Además -agrega- están los peligros de
los incendios forestales. Las autoridades deben velar por el bienestar de las
comunidades. No se debería forestar tan cerca de las escuelas”, comenta.
Uno de los múltiples impactos del
modelo forestal es la contaminación por pesticidas, agroquímicos utilizados en
el marco de la expansión de la agroindustria y el extractivismo forestal en
Chile, generando serios daños a las actividades económicas de subsistencia, a
la economía familiar, a la soberanía y seguridad alimentaria y la vida rural en
general.
En el caso de los territorios de
Forrahue y Huillinco, comuna de Osorno y de Popoén, comuna de San Juan de la
Costa, la indiscriminada fumigación con pesticidas mantiene en alerta a las
comunidades Mapuche Williche y a las organizaciones campesinas rurales, ya que
han ocurrido situaciones de intoxicación, contaminación y daños por parte de
las empresas forestales en el sector.
En mayo de 2023, comunidades
organizadas de Forrahue y Huillinco, territorios ancestrales Mapuche Williche
de la Comuna de Osorno, denunciaban “el
ecocidio por fumigación”, exigiendo la intervención de la Delegación
Presidencial Provincial de Osorno, representada por Claudia Pailalef.
Ello tras la notificación de
aplicación realizada a las comunidades por parte de la empresa Tripan
Soluciones Forestales y en la cual se señalaba que el sector del Predio Ávila I
en Forrahue sería fumigado con los pesticidas: “Aliado Forestal” (Metsulfurón
metilo), “Faena FG” (que contiene Glifosato-monoamonio), “Triclón”
(Triclopir-butotilo) y “Silwet” (Propilheptametiltrisilozano). Tripan
Soluciones Forestales fue contratada por la empresa Forestal Vista Hermosa, propietaria
de las plantaciones, que colinda con numerosos predios familiares y de
comunidades Mapuche.
Así, la Comunidad Indígena Guaiquipán
de Huillinco, la Comunidad indígena de Forrahue, la Asociación indígena
Melileufu de Forrahue Bajo, la Apr Kvme Mongen, la Apr Huillinco, la Apr
Pukoiwe, además del Centro de Padres y Club de Adultos Mayores de
Forrahue, se reunieron para exigir la no
utilización del cuestionado herbicida, dado los riesgos que
representa para la salud humana y medioambiental, lo cual ha sido reconocido a
nivel mundial.
Sin embargo, en el caso de Chile, el
Glifosato es autorizado y comercializado bajo etiqueta verde, es decir, según
la reglamentación vigente, se trataría de un producto que no presentaría
peligros para la salud humana. Cabe destacar que en el país, la formulación de Glifosato, es decir, el diseño
químico de los componentes, junto al coformulante Tallowamina polietoxilada,
está prohibida para su elaboración en el país. Sin embargo, el Glifosato es comercializado
ampliamente. En otros países como en Argentina,
a modo de ejemplo, recientemente se prohibió el Glifosato, en Misiones al igual que en Chubut.
En tanto, en algunos países de la Unión Europea, se encuentra prohibido,
la Comisión Europea discute la renovación de su
autorización.
Al
respecto, Bernardo Rumian Lemuy, Apo Ülmen de la organización ancestral
Wiñosuam, del territorio Künko, reflexiona: “Los
pesticidas afectan al Machi, al Lawentufo y al lawen. Para hacer lawen, se
necesitan elementos puros, por eso tanto las plantas como el agua deben estar
limpias, libres de fumigaciones”.
Frente
a la falta de información y de regulación de la actividad de las empresas,
Rumian agrega que: “No se sabe qué
químicos se están usando, no hay control, las reglamentaciones que existen son
para las forestales, no hay regulación para una verdadera fiscalización.
Además, hay muchas otras leyes relacionadas que no se están aplicando”. Por
ello, señala que: “De forma urgente, se necesitan medidas para cubrir los
vacíos legales respecto a las fumigaciones forestales”.
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Imagen: Las forestales se imponen frente a la escuela rural de Forrahue, ocasionando la permanente amenaza de incendios forestales |
En tanto, en Popoén, territorio
Mapuche Williche ubicado a 40 kilómetros al oeste de Osorno, las fumigaciones
en plantaciones forestales han ocasionado numerosos daños en el territorio. En
dicho sector, las principales forestales son Anchile S.A y Arauco S.A., las
cuales se han instalado desde el año 1990, a partir de la compra de tierras
producto del despojo y colonización.
Las comunidades Mapuche Williche de
Popoén y Mapulafken han denunciado las
negativas consecuencias de la utilización de pesticidas en el sector forestal y que significó que en 2021,
se enfermaran personas, murieran animales y se destruyeran humedales rurales.
Ello, junto a otros antecedentes de la devastación forestal en el territorio,
originó que, junto al municipio de San Juan de la Costa, solicitaran a CONADI
la protección del humedal y la restitución de 500 hectáreas aproximadas de
territorio ancestral Mapuche Williche.
Al respecto, la lawentuchefe de
Popoén, Haydée Mera Colihuechún, relata sobre el proceso de reivindicación y
recuperación territorial ancestral que llevan adelante como comunidad.
“Cuando llegó la forestal japonesa Anchile en los años 90, la
forestal nos empezó a arrinconar, destruyeron miles de árboles nativos, los
arrumaron y quemaron. En ese entonces estuvimos afectados también por las
fumigaciones forestales, vivimos una gran tragedia”.
Luego, relata: “En 2021, fuimos dañados por la fumigación de la misma empresa, los
animales murieron, se dañaron las huertas, se contaminó el agua, se destruyeron
los humedales. Por todo lo anterior, como comunidad afectada, nunca más vamos a
permitir fumigación forestal, nosotros estamos sufriendo, y la empresa jamás nos
ha tenido consideración como personas”, enfatiza.
En tanto, Aladín Mera Colihuechún, integrante
de la comunidad de Popoén, explica: “Con
la fumigación realizada, se contaminó el estero Panqueco, matando peces y aves.
En San Juan de la Costa -agrega- hay
un enorme problema con el agua, con la pobreza, la gente con dificultad puede
subsistir”. Esa tarde, cerca de la Sede Vecinal, el puma mató a 18 ovejas
de ganadería familiar. Aladín explica
que esto se relaciona con el modelo forestal: “esto se da por la pérdida de alimentación y territorio que tienen los
pumas, dada la instalación de las forestales. En el territorio hay un fracaso
del modelo forestal.”
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Imagen: Comunidad de Popoén, Fütawillimapu inicia proceso de recuperación y reivindicación territorial |
Por su parte, Carolina Soto Saldivia, quien vive en Popoén y es presidenta del Comité de Salud de Popoén, comenta respecto al caso de contaminación en 2021: “En ese entonces bebimos agua contaminada, en el sector niños y adultos mayores se enfermaron de dolor de estómagos y vómitos” Así, agrega: “Nos hicieron exámenes en la posta, pero mucho tiempo después. Las siembras y plantas se contaminan y todo eso termina dañando la salud de las personas. Las autoridades deberían salir a terreno y ver las necesidades que tenemos en el sector”.
Finalmente, Armin Mera, presidente
del Comité de Agua e integrante de la Comunidad de Popoén, comenta: “Me siento triste por el daño de
contaminación de Anchile, que dañó flora y fauna, y contaminó las aguas,
dañaron todo el sistema junto al río. Además, pasaron con máquinas encima de
los humedales”.
Así, añade: “Como comunidad estamos dolidos, y ya no tenemos
la confianza de tomar el agua ni de plantar. El daño fue mucho”.
Esta situación fue acompañada por el
anuncio gubernamental de la negación de recursos económicos para camiones
aljibe para acceder al vital elemento del agua y abastecer con ello a
comunidades rurales de San Juan de la Costa y Río Negro. Así, Armin comentaba: “Es impactante, no sé qué vamos a hacer para
tomar agua, para todo se necesita agua”.
Finaliza reflexionando: “No queremos más plantaciones forestales ni
fumigaciones en el territorio”.
En tanto, recientemente, el director
nacional del Servicio Agrícola y Ganadero, José Guajardo, anunció tres medidas,
en el marco del Convenio de Estocolmo
sobre contaminantes orgánicos persistentes (2001) y el Convenio de Rotterdam para la aplicación del
procedimiento de consentimiento fundamentado previo a ciertos plaguicidas y
productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional(2005). Estas
medidas son la prohibición de catorce sustancias activas de plaguicidas, que en
Chile no se encuentran vigentes, de modo que en la práctica no tendría efectos
significativos.
Por otra parte, promueve una
normativa que establece condiciones y requisitos para la autorización de
plaguicidas naturales químicos a partir de extractos naturales de baja preocupación-
bioplaguicidas, en base a extractos naturales, y finalmente, se refiere a la
creación de una comisión asesora público-privada para modernizar la legislación
vigente sobre agroquímicos. ¿Serán las familias, comunidades Mapuche y
organizaciones campesinas afectadas por los plaguicidas, consideradas en
aquella comisión? ¿O una vez más, se priorizarán los intereses económicos de
las empresas privadas por sobre la salud humana y medioambiental?
Las consecuencias de los pesticidas
son de gran profundidad y tienen un componente en común: el daño a la salud
humana y medioambiental hacia las comunidades Mapuche Williche y a las
comunidades rurales del territorio de la Fütawillimapu. Evidencian además una
afectación a los derechos colectivos e individuales del Pueblo Mapuche
Williche, afectando entre ellos los derechos respecto a las decisiones
político-territoriales como a la autonomía y libre determinación, el derecho a
la salud, a la soberanía y seguridad alimentaria, a vivir en un medioambiente
libre de contaminación, entre otros, derechos que se encuentran vigentes y
ratificados por Chile en la Convención Americana de Derechos Humanos, la
Convención para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Convenio 169 de
la OIT, entre otros.
El asedio sistemático a los
territorios por parte de las empresas forestales, especialmente a través del
uso de pesticidas, permiten considerar una forma de violencia, despojo y
racismo contra las comunidades Mapuche Williche de San Juan de la Costa.
El cercamiento enfrentado en términos
de la propiedad, el daño al itrofil mongen,
la destrucción de las fuentes económicas alternativas a las forestales,
la falta de instituciones fiscalizadoras, la contaminación de la naturaleza, el
agotamiento de las fuentes hídricas, entre muchos otros, interpelan a las
autoridades políticas a tomar medidas, especialmente considerando las
necesidades y demandas de las comunidades de prohibir el Glifosato por el
evidente daño a la salud, a su forma de
vida (Küme Mögen), y a sus fuentes vitales de vida (Mapu).
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